“Tal como me siento...así quiero
expresarme. Quiero mostrar lo que hay en mi corazón, porque ése/ésa
soy yo.”
Son más o menos las palabras que
brotan de nuestro interior cuando nos enfrentamos a una actividad
creativa y/o artística.
Una creación nace a partir de una
inquietud. El arte busca lo estético y lo expresivo. Si hubiera que
atribuirle una función, sería la de “vehículo del alma del/la
artista”, que busca manifestarse, salir al exterior.
Decía Picasso: “La pintura es más
fuerte que yo, siempre consigue que haga lo que ella quiere.” Y es
que el arte no nace de la mente, si no del alma.
Tod@s
nosotr@s
tenemos un interior muy rico, un alma llena de inquietudes que
también se quieren expresar. Aunque no poseamos el don de la
escritura, de la pintura ó de la música.
Todos tenemos esa visión estética y
expresiva que ilustra nuestro mundo interior. Todos necesitamos
expresar nuestros sentimientos y exteriorizar nuestras emociones.
Pero sólo a través de la libertad creativa todo ello saldrá a la
luz. Si nos dan unas pinturas, y las pautas adecuadas, seremos
capaces de exteriorizar aquéllo que nos angustia, que nos ilusiona,
que nos atemoriza, ó que anhelamos en secreto.
Esta es la clave para gestionar
nuestras emociones.
Cuando seamos conscientes de lo que
nos pide nuestro interior, y seamos capaces de entender de dónde
viene, será mucho más fácil abordar la cuestión emocional desde
un punto de vista más sereno, más maduro y más objetivo. En ello
se basa la ARTETERAPIA, una alternativa forma de solucionar problemas
emocionales, cada vez más extendida por su gran potencial, su
atractivo y su extraordinaria sencillez.
Los profesionales de la educación de
hoy día somos cada vez más conscientes de la necesidad de integrar
la educación emocional en nuestras enseñanzas cotidianas, ya que si
estamos preparando a l@s
adult@s
de mañana para que creen un mundo mejor, tendremos que formar no
sólo profesionales competentes como las autoridades nos exigen, sino
personas completas, con un interior desarrollado al máximo de su
potencial, para configurar una sociedad más evolucionada.
Por ello en nuestro colegio apostamos
por fomentar la exploración de sentimientos a través de proyectos
como “Vivir la mirada” (Autor: Juan Fernández Coursach) ó
actividades de improvisación teatral y/o musical. Esto nos ayuda a
estar en contacto con la parte humana de nuestro
trabajo, a que l@s
niñ@s estén más confiad@s
y felices, y den lo mejor de sí, a llenar la cotidianeidad de color,
y a que la enseñanza sea un acto de “compartir” más que de
“impartir”. Ya que, como dijo Albert Einstein: “En tiempos de
crisis, la imaginación es más importante que el conocimiento”
Totalmente de acuerdo, Ana, me parece maravilloso y mágico la expresión a través del arte. Y diría más, no puedes explicar porqué lo haces ni sabes si lo haces bien o mal, sólo que no puedes dejar de hacerlo. Besitos y enhorabuena por el blog. Tienes una seguidora más porque me encanta to lo que pones en facebook.
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