29/1/14

Dame Paz y dime loco... (+ Suplemento: Regalo del día de la Paz)

  

 Mañana, día 30 de enero, con motivo de la conmemoración de la fecha de la muerte de Ghandi, se celebra el Día Escolar de la Paz y la No-violencia. Una de las efemérides con mayor potencial educativo en lo que se refiere a Educación emocional, a valores de solidaridad y tolerancia, y a crecimiento personal.

   En todos los centros se celebra este día con multitud de actividades, Pintamos nuestras caras ó manos de blanco, llenamos el patio del cole de palomas de papel, ó soltamos blancos globos de helio mientras de fondo suena un enternecedor "Que canten los niños" ó un melancólico "imagine", y sentimos que se nos eriza el vello con esta repetina unión de energías por un sentimiento y objetivo común. Sin embargo, es frecuente oir entre los comentarios de los docentes: "Estas actividades no sirven para nada. En estos días a menudo es cuando más conflictos hay."



   Esto debería hacernos reflexionar si el tipo de actividades ó la forma en que las planteamos es la adecuada. Según Ghandi, "No hay un camino para la paz, la paz es el camino". Emprendamos ese camino. No planteemos la paz como objetivo, si no como metodología. ¿Cómo? La paz comienza con una sonrisa: "Si quieres encontrar paz en el mundo, empieza por buscarla dentro de tí..." 

    Planteemos entonces juegos y actividades que consistan en regalarse PAZ. En dar y repartir CARIÑO y AMOR, sin esperar nada a cambio, sólo el hecho de sentirse bien intercambiando energía positiva. Bailemos, saludemos al sol, abracémonos y acariciémonos. Recarguemos los cuerpos y las almas con "Pelusas Calientes", un concepto que comprenderéis y adoraréis en cuanto escuchéis este cuento que os regalo con motivo de esta celebración. Y no tengáis miedo de que l@s niñ@s no sepan entenderlo e intercambiarlo con naturalidad: Las murallas que ell@s ponen es para parecerse más a l@s adult@s...

 









 Espero que os guste el regalo: "El cuento de las Pelusas Calientes". Y lo regaléis tanto como yo lo he hecho, ó más...





 Gracias a Nono Cañizares, quien en su día me regaló este cuento, envuelto en su personal y encantadora forma de narrarlo todo.


 

22/1/14

Relajarse y disfrutar...Los peques también pueden.


Cada día nos enfrentamos a montones de pequeñas tensiones que, de no eliminarlas, se van acumulando y nos pueden ir creando un ligero malestar que puede empeorar nuestro humor sin que conozcamos el por qué ni el cómo librarnos de ello.

 Además, su presencia en nuestra vida, junto con el frenético ritmo diario, nos ponen en un nivel de "revoluciones" tan elevado, que no nos permite vivir con plenitud en el presente.

Obviamente, no las necesitamos en nuestra vida, y lo ideal es deshacerse de ellas cuanto antes, y con cotidianeidad.

Para reducir esas "revoluciones" y como introducción para el trabajo interior y la meditación, ofrecemos esta herramienta: Hoy os regalamos un poquito de relax. Una sesión práctica y sencilla para jugar a relajarse en grupo con los más pequeños. 

Se llevó a cabo con alumn@s de segundo ciclo (8-10 años) pero es facilmente aplicable a otras edades. Para infantil habría que hacer una ligera adaptación. Y  es presumible que con adultos funcione adecuadamente. 

Los resultados fueron reveladores: Al menos tres participantes de cada 20 conciliaron un plácido sueño, y más de 10 del resto, agradecían la práctica y el estado tan agradable en que habían quedado. Las metáforas que emplean l@s niñ@s cuando expresan ese estado de bienestar son inspiradísimas; un regalo que merece la ¿pena?. Espero que lo disfrutéis.




La sesión se realizará en una sala amplia, con capaciad suficiente como para moverse libremente por ella. Con un suelo cálido ó aislantes. La luz será tenue, y contaremos con un equipo de reproducción de audio. Se puede poner alguna varilla de incienso, y música de relajación a un volumen moderado para acompañar las actividades.

Comenzamos en círculo, debemos crear cierta energía entre tod@s l@s presentes de complicidad, distensión y "divertida seriedad": Vamos a realizar un trabajo para sentirnos mejor, hay que tomarlo en serio, escuchar y aceptar las propuestas, pero lo vamos a pasar muy bien.

Pensemos en todas aquellas cuestiones que nos alteran el pensamiento ó nos incomodan de alguna forma. Aquellos "problemillas" cotidianos que nos hacen sentir regular cuando los recordamos, aquellos sentimientos/sensaciones que queremos quitarnos de encima, que no necesitamos para sentirnos bien: Vamos a deshacernos de ellos.

Andando por la sala sin orden establecido, cada vez que lo sintamos, paramos y gritamos "¡¡¡¡¡Estoy hart@ de ....................", completando la frase con cualquier asunto que nos agobie/moleste. (Realizar este ejercicio durante unos siete minutos).


Hacemos una respiración profunda, y, mientras nos concentramos en ellos, "pataleando" suavemente en el suelo con ambos pies, y dejando los brazos colgando decimos: "Ñiñiñiñiñi-ñiñiñiñiñi-ñiñiñi" (En tono de burla), y expulsamos el aire con un enérgico "NOOOOO", mientras lanzamos los brazos hacia el cielo. Repetir este ejercicio unas diez veces, pudiendo cambiar de pensamiento cada vez que lo sintamos.


Danza griega de relajación: Menousis. (Colgaré el archivo de música en cuanto me sea posible, mientras, hay una versión disponible en Spotify de Irene Papas).
En círculo, cogid@s de la mano, vamos a realizar una sencilla coreografía que, en cuanto aprendamos, debemos ejecutar con los ojos cerrados. Consiste tan sólo en repetir el mismo paso en distintas direcciones. El paso sería: desde los pies juntos, separo la pierna derecha y luego vuelvo a juntar cerrando con la izquierda. Lo mismo, pero dos veces, hacia la izquierda. Dos hacia delante, y dos hacia atrás.

Cuento - Meditación:
Tumbad@s en el suelo, cerramos los ojos, y escuchamos el cuento, tratando de imaginar que todo lo que en él se narra nos está sucediendo a nosotr@s. El cuento puede ser, por ejemplo, el que se presenta en otra entrada de este mismo blog: "El secreto de la naturaleza".


10/1/14

Hacer una vida de cuento...ó hacer un cuento de la vida

La vida no es como en los cuentos.
Afortunadamente.
Imaginaos lo que sería tener que enfrentarse a un lobo cada vez que vamos a casa de la "abu", o vivir escondiéndonos de la novia de papá, que pretende envenenarnos, ó que nos trata como a un/a sirviente...
Sin embargo, qué tendrán esas historias, que nos encantan a tod@s y nos ayudan a comprender y aceptar la realidad, pareciéndonos a través de ell@s un poco más amable.
¿Quién no ha soñado con ser el protagonista de uno de ellos... ó de todos? Y, ¿Por qué no hacer ese sueño realidad? 




Cuando mi hija de apenas dos años empezaba a tener experiencias fuera de "mi control", en las que yo no podía hacer de mediadora entre ella y la realidad por no estar presente (guardería, casa de abuel@s, otr@s cuidadores/as, etc), me preocupaba que en su propia interpretación de la vivencia careciese de recursos que le ayudasen a integrarla como algo positivo y con sentido. Sólo se me ocurría que en el momento de ir a dormir, podíamos hablar sobre ello, y yo le aconsejaría...Pero era demasiado pequeña para expresar sus miedos con claridad.
Tuve entonces la suerte de topar con el blog de Pedro Pablo Sacristán (encontraréis el link en este blog: "Cuentos para educar" ). En él ofrece algunos consejos para personalizar cuentos que eduquen en valores. Y los puse en práctica.
Mi experiencia ha sido muy positiva. Aún hoy (Carmen tiene ya seis años y medio) la sigo aplicando, y son los cuentos que más le gustan. Os explico cómo hacerlo:

Cuando llegue contando que ha tenido un problema, ha vivido una situación injusta, ha llorado en el cole, ó bien nosotr@s mism@s observemos que algo le genera cierta ansiedad ó temor,será día de "cuento inventado". En nuestro caso, la rutina para dormir consiste en: Cuento con la luz encendida (leemos un cuento físico, con sus dibujos), cuento con la luz apagada (sólo verbal) y, en caso necesario, canción. El cuento con la luz apagada es el que nos permite mayor flexibilidad en el contenido que transmitimos y el que, además, más estimula la imaginación de l@s peques.

Pues bien, siguiendo los consejos de Sacristán, le pedía que eligiera ella los personajes que quería que salieran en el cuento. Solía elegirse a ella misma, por supuesto, a algunas personas del entorno que en aquél momento eran más significativas para ella, y algunos de sus personajes favoritos de cuentos ó dibujos animados.
Entonces empezaba el cuento.
(Por favor, absteneos de pensar siquiera: "Yo no puedo hacer eso: No tengo imaginación". Cada vez que oigo a un adulto decir eso, se me cae el alma a los pies. Es el estigma que nos ha dejado tantos años de educación "copista". Pero la creatividad, aunque oculta, sigue ahí. )
1) Generar el entorno, (Bonito, atractivo, con elementos favoritos del/la niñ@: (Un bosque, un circo, una fiesta de disfraces, una excursión...);
2) Desarrollar el problema (similar ó idéntico al suyo). No olvidemos adornar con algo de magia todo lo que sucede en el cuento. L@s propi@s niñ@s pueden aportarnos montones de ideas, les resulta más fácil pensar "en mágico" que "en realista".
Y luego,
4) El desenlace. Se trata de resolver el problema, ó no hacerlo, pero permitir que el protagonista del cuento lo asuma como algo necesario y no aversivo. Esto es a veces mucho más sencillo de lo que parece, puesto que el prisma con el que miramos las situaciones es lo que las convierte en algo problemático, y no la situación en sí. Es muy importante que l@s niñ@s aprendan esto cuanto antes mejor: Si le damos la vuelta a un problema, deja de serlo. Esto les ayudará a afrontar la vida con positividad y optimismo, y a llevar menos cargada  su "mochila emocional".